You lost — RHB.

Independientemente de las quejas que la Ravenclaw tuviese de su nueva sala común, definitivamente estaba mejor que la mayoría. Verity no había tenido tanta suerte, y Rebecca mucho menos. El resto de las antiguas compañeras de habitación de la muchacha no le preocupaban en lo más mínimo, cada quién tenía que velar por sí mismos, pero ¿Ellas? Se le hacía un nudo en el estómago al pensar en ambas chicas obligadas a reconstruir el castillo.

Menudo dilema de mierda en el que estaba metida.

Magnolia aun no olvidaba la última conversación que había tenido con Roderick. La mirada en los ojos del muchacho le había confirmado que, si bien ella quería entrar, tendría que hacer cosas de las que se arrepentiría más tarde. El nombre de Rebecca había abandonado los labios de la morena, había sellado el destino de la rubia.

Necesitaba, sin dudas, poner en orden sus pensamientos.

Pasearse por el castillo, aun cuando tenía libertad, se sentía extraño. Fue entonces cuando la vio. Con el cabello rubio, el rostro sonrojado por el esfuerzo, la realización se le vino a la cabeza, la habían degradado a trabajar en el castillo. — ¿No deberías estar trabajando? — Preguntó, manteniendo su voz uniforme.

Estaba cansada de vivir de esa manera, si a eso se le podía llamar vivir. Era consciente que tenía que hacer todo lo posible para lograr su supervivencia en el colegio, incluso se le pasó por la idea hacerse pasar por alguien neutral y cambiarse a Samhain, al menos allí tendría una mejor vida, pero ella misma se saboteaba porque le costaba mucho aparentar algo que no era. Y todo era por la lealtad de mierda que tenía con sus ideologías, algo que le habían enseñado desde pequeña sus padres.

Aquel día decidió saltearse la reconstrucción del colegio, porque no aguantaba más. Desde luego sabía que venía el castigo por no haber hecho nada, pero, ¿qué era peor? ¿Levantar escombros sin varita, con la poca fuerza que tiene, mientras la castigaban por no avanzar rápido? ¿O el castigo por no hacer las cosas como debía? A esta altura le daba igual. Tenía muchos cortes por todas partes debido a su torpeza, cortes que por suerte eran superficiales. También tenía hematomas por aquí y por allá, y le dolía todo el cuerpo. Físicamente no se encontraba estable para seguir haciendo aquello.

— ¡Magnolia! Y-yo... — Era cuestión de tiempo para que alguien la encontrara. Podría haber sido peor que Magnolia la persona que se topaba con Becca, es más, podría ser un Walpurgis. Pero aún así no confiaba del todo en su destino en manos de ella. — Estaba yendo... A la construcción... — Se notaba que era mentira, Becca era una mala mentirosa, se ponía nerviosa, titubeaba y sus mejillas se teñían un poco de color tomate.